Dios te levanta de un fracaso pero no de las excusas

Ya hemos venido diciendo desde hace mucho tiempo lo mismo acerca de la forma en que Dios llama a una persona a trabajar, a servir a comprometerse y a hacerlo todo por amor a él sin importar las condiciones y cualidades del individuo.

La verdad es que nadie es digno de trabajar para Dios ni en los ministerios mas básicos de la iglesia, nadie reúne al cien por ciento los requisitos que tuviéremos que tener para desempeñar nuestras funciones, pero que es entonces lo que marca la diferencia del poder trabajar o no para él.

Dios hace el llamado a las personas y es en las personas entonces el reconocer su voz y el seguirle, por lo tanto el que tiene un corazón para él le seguirá y el que no lo tiene y no quiere seguirle no lo hará.

En ningún momento Dios pretende que los corazones sean forzados pero si quiere que sean exhortados para que exista una conciencia en la persona de entendimiento.

No importa si tu puedes o no hacer lo que Dios te pide porque tu no lo harás en tus fuerzas sino en el poder del Altísimo, no importa si entiendes lo que Dios quiere de ti sino que obedezcas, no importa si tienes los recursos o no porque Dios te los dará.

 Mis hermanos si tú decides obedecer al Señor y tienes un fracaso no te preocupes el te sacara de tu fracaso pero si por el contrario tu no obedeces y solo tienes excusas él nunca te sacara de ahí.

Entendamos que las excusas son una conducta negligente de un Cristiano porque no hemos hecho la buena decisión de obedecer sino que hemos puesto nuestro corazón en las cosas de este mundo y hemos buscado el sustento a nuestras necesidades en un engaño del enemigo.

Muchas de las veces disfrazamos nuestras excusas como razones espirituales de tal forma que nosotros mismos terminas creyéndolas como tales.

Vamos a ver el ejemplo de Gedeón donde entenderemos que no importa quién seas ni de donde vengas ni tu condición y recursos sino tu corazón hacia Dios el cual quebrantado le obedecerá.  Las excusas no son un recurso valido para Jehová por lo tanto no las acepta.

Basado en el libro de Jueces 6:12-16

—  El Ángel de Jehová se le apareció

—  Le dijo Jehová está contigo

—  Gedeón se quejo primero por lo que le pasaba:  cuantas veces nos quejamos por lo que pasa sin pensar si es plan de Dios o no, en ese caso era un castigo de Dios hacia su pueblo por su desobediencia, ni siquiera tenia razón Gedeón en quejarse.

—  Jehová le dijo:  No te envió yo?  (v-14) —  ya deja de quejarte y acepta tu corrección y ve a donde yo te envió porque de la misma forma que te castigo hoy te mando con poder a vencer.

Pero aun por sobre todo esto busco excusas todavía como si fuera poco:

— ¿con qué salvaré yo a Israel?

— He aquí que mi familia es pobre en Manasés

— y yo el menor en la casa de mi padre.

Pero Dios le responde:

— Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.

Gedeón pide prueba a Jehová de que hablo con él:

— Del versículo 17-21  Gedeón pide prueba a Jehová de que hablo con  el trayéndole ofrenda para que fuera consumida

— En el versículo 22 dice que Gedeón se dio cuenta de que en verdad era el Ángel e Jehová.

Por último Gedeón antes de ir a pelear con los Madianitas todavía pidió dos pruebas a Jehová de que estaba con él:

Jue 6:37  he aquí que yo pondré un vellón de lana en la era; y si el rocío estuviere en el vellón solamente, quedando seca toda la otra tierra, entonces entenderé que salvarás a Israel por mi mano, como lo has dicho.

Cuando el Señor envió a Moisés a liberar al pueblo, la respuesta que recibió fue una queja. Imagina qué forma de comenzar la conversación con el Rey del universo, ¡con un lamento! Claro que Dios sabía sus limitaciones. ¡¿Por qué pondremos por excusas nuestras limitaciones, si Él nos hizo y las conoce?! Si te dice que puedes, es porque así es, tú solo ves tú limitación, pero tu Padre sabe lo que eres capaz de hacer en su poder.

¡Hay tanto que puedes hacer si dejas tus excusas!

Si estás lleno de excusas, no estás escuchando a Dios sino al enemigo. Ambos quieren enseñarte, sembrar algo en ti, pero tú decides a quién escuchas, si recibes las palabras de duda o eres tierra fértil para las palabras de fe.

Dios los bendiga:

El Pastor: Rodolfo Aguilar

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